Una madre con propósito


Para que los hijos estén bien, mamá debe estar bien. Es imposible brindar y ofrecer algo de lo que carecemos, por eso la importancia de atender y dedicar especial atención a esa madre, que es en primer lugar una mujer, con sueños, anhelos y oportunidades como cualquier otra.

Cuando eres madre la prioridad, indiscutiblemente, son los hijos y eso viene con el rol, sin embargo, es importante también el espacio y tiempo personal.

Una madre con propósito es aquella que se empodera de su rol en todos los sentidos. Tiene claridad de objetivos y se planifica para que cada acción cuente. El rol de madre, aunque es hermoso suele ser agotador y como es además un trabajo continuo y sin días feriados, mientras más herramientas tengas disponibles para avanzar más fácil será el camino.

Aquí les compartimos algunas claves que les pueden ayudar mucho en esa lucha diaria de reconectar con su esencia, buscar su equilibrio, descubrir su propósito y regalarse ese espacio de amor propio y auto-compromiso que tanto necesitamos:

1.     Aprende a recompensarte: Es increíble pero cierto, a recompensarnos debemos aprender, ya que a las madres se nos hace muy difícil entender y reconocer que nuestro rol, es un trabajo duro, intenso y permanente, que cubre todos los horarios y que no tiene días feriados, y merece y necesita ser hasta cierto punto premiado. Esa recompensa debe venir desde nuestro interior, no es necesariamente monetario y se obtienen trabajando nuestro merecimiento y buscando el espacio para nuestro descanso y esparcimiento.

2.     Apoya a tus hijos en su crecimiento y formación financiera: La educación es una de las principales responsabilidades que tienes como madre, y la educación financiera no debe ser la excepción. La mejor forma de evitar que tus hijos pasen precariedades económicas es ayudándoles a que aprendan a manejar el dinero de manera correcta. Si son pequeños puedes apoyarles en que llenen una alcancía y luego los llevas hasta el banco para que se vea el efecto completo del ahorro; si son un poco más grandes lo ideal sería que les asignes una mesada y que permitas que a través de la planificación de sus gastos puedan desarrollar habilidades de administradores. 

3.     Asígnate un salario, si trabajas y produces dinero, no tienes que gastar todo: puede destinar una proporción para ti. para hacer lo que quieras, para donarlo o regalarte un spa. Si no trabajas en alguna empresa, y eres de las que les toca trabajar duro desde casa, recuerda que, aunque quizás solo tu pareja produzca dinero, tu trabajo no es menos valioso y que el dinero es de ambos. Así que tú también puedes incluirte dentro de los gastos regulares de tu hogar. Para las que somos analíticas tener ese monto disponible es maravilloso, porque nos permite gastar sin remordimientos y para las que son un poco más impulsivas les permite gastar sin lesionar sus otros compromisos.

4.     Hazte consciente de que el bienestar general incluye bienestar financiero. Una cosa no va sin la otra. El bienestar financiero es una consecuencia de saber usar los productos financieros, no solo de tenerlos, sino también de saber usarlos. Es una consecuencia de llevar y cumplir presupuestos familiares, de planificar el futuro y organizar las compras de día a día de manera tal que te permita crear paz y tranquilidad.

Recuerda, aunque sea sea difícil encontrar tu propósito y quizás la situación del momento sea abrumadora y agotadora, prioriza tu bienestar; mientras mejor estés tú, mejor estarán tus hijos.

Para ampliar tus conocimientos para construir un bienestar financiero mientras ejerces tu rol como madre, te invitamos a que hagas clic en el enlace para participar en el taller "Una madre con propósito". 

 


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